Y llegó septiembre y volvemos a las aulas. Pasada una semana de evaluaciones extraordinarias durante la que muchos alumnos no fueron evaluados por sus profesores porque han sido contratados con 11 días de retraso, comenzamos a planificar el próximo curso. Las reuniones se amontonan en el horario de esta semana, lo que antes se hacía en 10 días ahora hay que hacerlo en 4 o menos, si eres interino.
A pesar de los pesares, en el ambiente flota esa hiperactividad propia del inicio de curso. Muchos planes y nuevas ideas para llevar a cabo con los alumnos a lo largo del curso. Reconforta comprobar que, muchos de nosotros, pretendemos que no se note, o al menos, que nuestros alumnos sufran minímamente las consecuencias de los recortes. Pero también somos conscientes de que, algunos de ellos no tendrán los libros porque, aún cumpliendo los requisitos, se quedaron sin beca; de que si un profesor enferma pasarán más de 10 de días antes de que alguien le sustituya; de que la biblioteca no abrirá dos tardes por semana; de que tener más alumnos afectará al tiempo que les podamos dedicar...
PD: Este blog nació el año pasado por iniciativa de un grupo de alumnos de 2º de Bachillerato que ahora comienzan una nueva etapa fuera del centro. Ayer recibía un correo de uno de ellos, cediendo el testigo de la administración de esta bitácora. Su mensaje acababa con una frase que quiero compartir:
Espero que este curso vaya bien por el instituto, y que los recortes no afecten a la enseñanza de calidad que todos nosotros recibimos allí los años que estuvimos